Todos los días lo escuchamos y lo leemos por todas partes: bebe por lo menos 8 vasos de agua al día. Sabemos que es el líquido vital y que le hace mucho bien a nuestro organismo ya que, entre otros, les da rigidez a los tejidos y regula la temperatura corporal. Es más, casi el 60% de nuestro peso total y el 75% de nuestro cerebro están compuestos por agua. Y sí, el agua adelgaza, la consumimos a 15° y la eliminamos a 37°, lo que quiere decir que invertimos energía en calentarla. Efectivamente, beber este elixir es maravilloso para nuestro bienestar general, pero al igual que sucede con todo, el exceso puede nocivo.
Beber agua en exceso puede ser síntoma de algún padecimiento físico que provoque mucha sed como la diabetes o un trastorno hormonal. También podría ser consecuencia de un aumento en la temperatura, la ingesta de ciertos medicamentos (anticolinérgicos, diuréticos, fenotiazinas) o de sudar profusamente. Otra de las razones que podría provocarlo es un desequilibrio psiquiátrico asociado con otros trastornos, conocido como Potomanía.
Personas obsesionadas con su físico que padecen Trastorno Dismórfico Corporal o algún Trastorno de la Alimentación, pueden caer en la Potomanía pensando que el agua les ayudará a mejorar su apariencia. Ello hace que beban agua compulsivamente con el deseo de aliviar la ansiedad. Algunos llegan a consumir hasta 15 litros en un día. Esto puede provocar convulsiones, parálisis y coma, entre muchos otros.
Si sientes que estás consumiendo agua en exceso o tu sed es prácticamente insaciable, consulta con un especialista para que realice un diagnóstico.